martes, 18 de mayo de 2010

Hoy en la mañana se me cayó el mundo encima, literal. Estaba yo dormida con una amiga, del lado de la pared en mi cama, cuando mi planisferio completo cayó sobre mi, esa pared jamás ha servido para pegar carteles.

Desde ese momento supe que mi día iba a estar raro, bueno, la verdad es que no, pero es una manera rara de comenzar el día ¿no?.

Casi siempre evito hablar de cosas tristes o depresivas, por que ya muchos me dicen emo, no quiero alimentar más eso.

Pero hoy si fue uno de esos días en los que te sientes extremadamente raro como persona, como si no pertenecieras a ningún lugar, sin donde ir, sin donde estar y menos, en quien confiar.

Fue uno de esos días en los que todo te confunde, en los que no sabes quien te es sincero y quien no. En los que dan ganas de irte y desconectarte un rato de todo lo que te rodea. En los que te da temor cualquier tipo de ilusión o pensamiento. En los que sólo quieres estar tirada en tu cama escuchando música, sin que nada ni nadie te moleste.

Entonces llega “algo” y te atrae hacia un sitio que no es precisamente lo que planeas, ese “algo” que todavía tiene poco, pero hasta ahora no lo puedo descifrar.

Y ahí me encuentro entonces, frente a la máquina blanca, quizá inconscientemente buscando a alguien que tal vez ni está ahí, a alguien que ni exista, esa persona que sea diferente a lo que soy, diferente

Se fué el internet, fui a mi cuarto a escribir esto, exactamente como me sentía y todo se volvió más claro...

2 comentarios: